Domingo II de Cuaresma (Mc 9,2-10)

2do Domingo de Cuaresma. «Este es mi Hijo muy querido, escúchenlo.» (Mc 9, 2-10)

 

En la lectura de este domingo, la comunidad de Marcos nos relata una escena que hemos escuchado, orado y reflexionado en otras ocasiones, llamada “Transfiguración de Jesús”. Pero siempre la Vida y la Palabra nos van devolviendo nuevas buenas para anunciar-nos.

La escena se sitúa en una “montaña alta”. Allí Jesús había subido junto a Pedro, Santiago y Juan. El relato nos expresa que estaban disfrutando de ese estar con el Maestro, tal vez descansando de las exigencias de la misión. En este contexto ocurre esa experiencia iluminada de revelación: Jesús estaba acompañado de Moisés, representante de la Ley, y Elías, el profeta más querido en Israel. Solo Jesús aparece con el rostro transfigurado. Desde el interior de una nube se escucha una voz: ”Este es mi hijo muy querido, escúchenlo”.

El Padre les revela al Hijo, y en esa experiencia Jesús cambia de aspecto, los discípulos pueden ver la verdadera identidad de su Maestro. Tal vez, se fueron un poco más confundidos, pero en el camino de su seguimiento esa experiencia los acompañará para ir descubriendo la Buena Noticia del Reino.

En esta comunión creciente con Jesús que va transformando nuestras Vidas y nuestras opciones, va curando nuestra manera de ver la vida, nos va liberando de esclavitudes, va haciendo crecer nuestro compromiso con nuestros hermanos y hermanas que más nos necesitan. Nos siga haciendo eco la Palabra del Padre “Este es mi Hijo muy querido, escúchenlo”: que seamos capaces de seguir escuchándolo en cada alumno/a que necesite ser escuchado/a y alentado/a, en cada familia que necesita ser acompañada en este tiempo complejo y que, como comunidad educativa, sigamos teniendo a Jesús como centro de nuestra misión.

Flavia Campbell